Bullying: una óptica criminológica.
Las Choapas, Veracruz.- Un niño de 11 años decidió escapar por la puerta falsa al suicidarse en el interior de su domicilio. Según las primeras indagatorias el pequeño habría sufrido bullying en la escuela por parte de sus compañeros ya que era huérfano y sus compañeros se burlaban de él.
Carlos Mario Reyes Ortiz, de 11 años, estudiante de quinto grado de primaria, decidió quitarse la vida. El menor era el segundo hijo de Mario Reyes, conocido como “El Mocho”, quien hace como 8 años se ahogó en un río de la localidad, así también perdió a su madre hace 4 años a causa del cáncer, y desde ese tiempo, junto con sus dos hermanas, se fueron a vivir a la vivienda de sus tíos. Fue poco después de las 19:00 horas, que su tío José Manuel llego a la vivienda y al acudir al patio, se percató que el menor estaba colgado de una soga atada un árbol, por lo que de inmediato le aviso a su esposa, quien al ver dantesca escena, estalló en llanto y eso alarmó a sus vecinos, quienes salieron de sus viviendas, pensando cualquier cosa, menos que Carlos Mario se había suicidado.
Día a día leemos noticias de esta magnitud, sobre los efectos negativos que contrae el acoso escolar (bullying). Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, México ocupa el primer lugar internacional en casos de bullying en educación básica, y Veracruz es dentro de los casos con más incidencia de acoso escolar, entre los que destacan Xalapa, Córdoba, Tuxpan y Papantla.
Sin duda alguna, se necesitan estudios en nuestro país donde intervengan criminólogos para crear las medidas preventivas y las políticas necesarias, con el fin de atenuar el acoso escolar, ya que cada vez se esparce a través de diferentes plataformas en internet, como lo son las redes sociales y del ahora llamado ciberbullying, esto genera que la víctima este vulnerable en todo momento. Lo primero que nos compete conocer es cómo se desarrolla este círculo del bullying.
Podemos identificar, dentro de este círculo de acoso escolar a tres participantes: el agresor, la víctima y los espectadores.
Las víctimas, son aquellas que son agredidas reiteradamente en su escuela y otros entornos como en redes sociales, puede ser tanto física (empujar) como psicológica (insultos), y pueden ser varios factores, como su físico; con algún miembro grande (nariz, orejas, ojos), o la ausencia del miembro (invalido), y social; como su personalidad (introvertida), algún problema familiar por el que esté pasando (huérfano, padres divorciados o con alguna adicción). Es aquí donde los padres deben ser muy observadores y detectar los siguientes puntos, que pueden ser la explicación de que el niño sufre de bullying:
-No quiere ir a su escuela
-Pierde sus objetos personales o están deteriorados
-Tiene algún moretón en su cuerpo
-Su rendimiento académico va en descenso
-Pierde el apetito constantemente
-Tiene problemas para conciliar el sueño
-Muestra cambios de humor repentinos
También los profesores de clases deben detectar las irregularidades en su alumno y hacérselas saber a sus padres, si muestra aislamiento, si todos sus compañeros se burlan de él, si no participa en clase. Es importante descubrir y atender a la víctima que está siendo acosado, ya que las consecuencias pueden ser dañosas, como desarrollar un trastorno depresivo, ansiedad, deficiencia para adaptarse a su medio, crear ideaciones suicidas en el niño, y peor aún, que lo lleve a cabo.
Como agresores entendemos a los que ejercen violencia e intimidan a su víctima, y esta se presenta psicológicamente y/o físicamente. Estos agresores hostigan a sus compañeros más débiles, y por lo general, ejercen agresiones verbales con acompañantes, burlándose de alguna deficiencia física y creando apodos que poco a poco los miembros de la escuela llegan a emplearlo, incluso logra manipular a los de su salón para excluir a la víctima. Los agresores buscan el control total de su víctima a través de diferentes medios, como lo son las redes sociales donde le permite acosar a su víctima en todo momento mandándole mensajes agresivos o publicando información personal para dejarlo en ridículo, y lo vuelven más vulnerable. Al agresor también se le debe tratar, ya que puede llegar a desarrollar posteriormente un trastorno de la personalidad antisocial.
Por último tenemos a los espectadores, que su función dentro del círculo del bullying es observar. Podemos encontrar a los que no están de acuerdo con las agresiones (pero que deciden no intervenir y callar por miedo a ser agredidos); los que llegan alagar al agresor (incluso a motivar); y en pocos casos, los que intervienen defendiendo a la víctima. A veces suelen ser partícipes en la exclusión de la víctima. El puro hecho de observar, da aceptación y poder a las acciones del agresor. No se le debe exentar a los espectadores, ya que también existen consecuencias para ellos, como la ausencia de empatía, sumisión, insolidaridad, sentimientos de culpabilidad, etc.
Actualmente en algunos estados se está implementando la mediación como solución al bullying, si bien en otros países dio buenos resultados, en México seguimos igual. La mediación, como valor positivo, es que existe una conciliación entre agresor-victima, y se llega a reparar el daño, pero como valores negativos tenemos que, la mediación es voluntaria y si una de las partes no desea participar no se llevara a cabo la conciliación, otro valor en contra seria la mala capacitación por parte de los mediadores, que si no cuentan con una preparación anterior pueden estropear más la situación.
Lo que necesita México es que las autoridades le den importancia a la salud mental de niños y jóvenes, ya que las índices de fracaso escolar, abuso de sustancias y trastornos de conducta son más frecuentes y más precoces.
Por su parte, los criminólogos debemos de actuar, de ir a las escuelas y hacer investigación, debemos conocer donde ocurren, quienes están involucrados, el tiempo que ha transcurrido, conocer que entiende cada alumno por violencia (incluidos padres y profesores), conocer la dinámica del grupo, etc. Nuestro objetivo es y será la prevención del crimen, y en este caso, el bullying.